Despojada mi
mente
de sus propias
creaciones,
quedarán las
calles
desiertas y en
penumbra.
El silencio
arrasará
con las
últimas esperanzas
que hasta
entonces
pendían de un
hilo.
Los niños no
correrán
escapando de
sus propias
travesuras.
El sol ya no
dará
en aquella
ventana,
al anochecer,
nunca le
acompañará la luna.
Las promesas
incumplidas,
pasarán el día
a la sombra
del único
árbol en pie,
velando a sus
derrotadas conciencias.
Mi mente se
verá sola,
llena de polvo
y rendida,
ante la inevitable
evidencia.
viernes, 2 de octubre de 2009
Veintiocho
Etiquetas:
Poemas participantes / 2º Concurso de poesía
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