No resultaban definibles los símbolos del amor
cuando la tiranía de lo sublime se desbordaba
y tú eras el único mensaje primigenio,
una turbación que agrietaba el silencio.
Pero el contrapunto del destino se alzó liberador
para no sucumbir ante el lenguaje de los espectros
Y decrépita la seducción, se desvanecieron los presagios.
Enarbola la grandeza de haberte amado sin saberlo,
de haberte recreado en el ecuador de todos mis sueños,
de revivirte ahora en el latigazo íntimo de la nostalgia.
Hoy, que está herido de muerte el amanecer,
qué no daría por sentir tus sortilegios,
por no anestesiar la emoción que supone lo genuino,
por volver a la página blanca de la esperanza,
por mirarlo todo con el alma antigua,
por ubicar el corazón donde soñaba.
Pero ya no es posible desquitarse del diablo contenido
ni alcanzar la mirada de los ojos primeros.
viernes, 2 de octubre de 2009
Nostalgia
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Poemas participantes / 2º Concurso de poesía
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