martes, 22 de septiembre de 2009

Sin título II

En el lago de sangre
que me abandonaste,
donde lloran los sauces
y me visten las espinas,

arranco de la última rosa
su último pétalo,
mientras le susurro al cielo
tu nombre en un suspiro.

Maldigo ahogado al aire
por mantener mi corazón vivo,
y al sol y a la luna por alumbrar
el castigo de tu olvido.

El viento frío seca mi sangre
y se lleva las lágrimas de los sauces.
Desconsolados ven como muero
despacio, en silencio, solo.

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Jovenes Ecuatorianos, miembros de la Casa de la Cultura de la Ciudad de San Francisco de Milagro, en busca de nuevos proyectos, en busca de personas que amen la poesía y lleven el arte de versar en sus venas. Destinados también a organizar Concursos durante todo el año y con ello que todos puedan intercambiar lenguajes poéticos.